jueves, 22 de agosto de 2013

El Soviet de los Vagos

El Soviet de los Vagos
Autor
  Eduardo Gallarza (1962)
 
Libro
Editorial: Funambulista
Edición: marzo 2013
Páginas: 589
ISBN: 978-84-940906-0-8
 










Mi impresión


Está claro que este libro me  ha costado terminarlo publicarlo, ya que mi tiempo ha estado, y sigue estando, más ocupado en cambiar pañales que en leer libros... aunque eso nunca puede ser excusa para no leer aunque sea de poco en poco :-). De todas formas, este libro lo compré con una gran expectación que se me iba quitndo poco a poco, a medida que avanzaba en la lectura.

Esta novela negra (no tenía muy claro cómo calificarla pero al final me he decidido por este tipo novelesco) es un poco extraña desde el principio hasta el final. Constantemente estamos yendo del presenet al pasado y viceversa. De hecho el inicio del libro es en un presente, y que dura durante el primer capítulo y que, como en otros libros también ocurre, nos vamos al pasado para saber el por qué de lo que está pasando. Esto será asi hasta la mitad de la novela en la que retomaremos este momento presente y que, como comento, hasta el final de la misma estaremos viajando entre diferentes etapas temporales.

Otra cosa que también tengo que comentar es que hay algo que me chirría. Por decirlo de alguna manera más gráfica, es como si tuviéramos un puzzle de pocas piezas y que debería montarse rápida y fácilmente. Pero no es así, porque cuando vamos a juntar un par de piezas, si los cantos no están correctamente lijados/limados, nos cuesta encajar dicha pieza, por lo que a veces da la sensación de que no es la que debería ser. Es decir, que en algunos momentos la novela nos lleva a un punto de la historia pero de una manera forzada, como si en ciertos momentos no se tuviera claro el fin al que se quiere llegar.

La historia comienza en Francia, más en concreto en París, en el periodo entreguerras (el que va desde el final de la I Guerra Mundial a principios de la II Guerra Mundial). Nuestro personaje o, mas bien, personajillo, es un funcionario de un Ministerio al que se le encomienda una misión secreta por parte de uno de los más altos funcionarios así como de las personas más influyentes del país. Dicha misión, que no desvelaré para no quitar emoción al libro, finalmente no se cumple tal y como estaba previsto, debido a la inocencia de Boillot y a la intrmisión de unos extraños personajes: un gigante, una mujer y un jockey. A partir de ahí, nos vamos a un pasado reciente, a los Estados Unidos, en el que Henri Fevre, un francés afincado allá, que tiene el encargo por parte de Nikola Tesla (el gran físico inventor de la bombilla) de localizar toda la información de uno de sus pupilos recientemente muerto (Babbitt) sobre los trabajos que había realizado en Francia después de la I Guerra Mundial, ya que podrían ser para la obtención de una arma tan mortífera que acabaría con todas las guerras ya que todos los países podrían tenerla. En mitad de la narración van apareciendo personajes del pasado de Fevre, del ya inexistente Soviet de los Vagos y que, de alguna manera, tienen relación con el caso que le ha llevado nuevamente a tierras francesas. Amores perdidos, que no olvidados, resurgen poco a poco así como, también, viejas rencillas que nos destaparán a unos personajes con alma sucia, en alguno de los casos, y propósitos o pasados oscuros.

Aunque en este libro se mezcla a Tesla, lo cierto es que es una mera excusa para desencadenar la historia que se relata, ya que su papel no deja de ser secundario desde el principio hasta el final. Lectura entretenida, diferente y un poco enrevesada y, como siempre, que cada uno saque sus propias conclusiones tras su lectura.

Contraportada del libro

En 1934, mientras el mundo se prepara para nuevos y terribles conflictos, Nikola Tesla, físico, inventor (y profeta), busca el medio de volver cualquier guerra imposible. La muerte de un antiguo colaborador le hace temer que, en algún lugar de Europa, se esté construyendo un arma secreta, un arma absoluta. "Tráigame pruebas de ello", le pide a Henri Fevre, su muy leal y muy ignorante discípulo, quine para buscarlas viajará de Nueva York a París, siguiendo el rastro de una tenebrosa conspiración.

Investigador más proclive a titubeos y errores que a infalibles razonamientos lógicos, Fevre se adentra, en un París sacudido por conflictos políticos y escándalos de corrupción, en un laberinto de sospechas e indicios, un recorrido que insensiblemente lo lleva al encuentro de su propio pasado, de viejos conocidos y cuestiones dejadas sin resolver, como su relación con Dora, bailarina, actriz, amazona, conspiradora -en opinión de todos, una chica rara-. Al avanzar la investigación, cada respuesta hallada no trae sino nuevas preguntas, cada obstáculo vencido es una etapa en la lenta revelación de lo que acabará siendo, para Fevre, una búsqueda de identidad y, más allá de la ausencia de pruebas o certezas, una razón de vivir. 
 
Eduardo Gallarza -escritor de culto, de prosa precisa y con un universo propio- ha escrito esta novela poliédrica y sugestiva, de personajes con conflictos y lealtades, una novela de amor no sin dosis de humor, utilizando las claves de la literatura de género, con rigor, pero sin servidumbres, para proponer una reflexión sobre la Historia, en torno a la figura del físico norteamericano de origen serbio Nikola Tesla (1856 - 1943), una de las mentes más brillantes y más desconcertantes del pasado siglo XX.
 
"Tráigame pruebas, algo tangible". Su mirada era un rayo negro, un faro ardiente. Fevre pensó: Sigue haciendo progresos como hipnotizador...

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