El cementerio de Praga |
Autor
Umberto Eco
Más información: Web oficial de Umberto Eco
Traductor
Helena Lozano Miralles
Libro
Editorial: Lumen
Edición: 2011
Páginas: 587
ISBN: 978-84-264-1868-5
Mi impresión
Después de muchos años sin leer a Eco, me he decidido por este libro ya que la trama es lo suficientemente intrigante como para esperar una buena novela y, en efecto, no defrauda.
La trama, basada en hechos reales, trata sobre un inventor de historias que provocan un caos en la Europa del siglo XIX y, tal y como se cita en la contraportada y más tarde se puede leer en los hechos póstumos, el propio Hitler, en el siglo XX, ha mencionado y utilizado en Mein Kampf el documento de El cementerio de Praga.
La novela trata una intriga y, al mismo tiempo, la creación de un documento que pretende eliminar de la sociedad conocida a todos los masones y judíos para, entre otras cosas, que la sociedad cristiana no se vea amenazada por éstos. Nuestro personaje, el capitán Simonini, por motivos que se descubren al final de la novela, se encuentra en una situación extraña en la que, por motivos que desconoce, no recuerda estar consciente todos los días del mes en el que transcurre la trama. Ahí aparece el abate Dalla Piccola que, también por motivos desconocidos, se encuentra en una situación física-mental parecida a la del capitán Simonini. Para más intriga, las viviendas de ambos se encuentran comunicadas por un pasillo y ninguno de los dos es consciente del mismo. Por todo ello, y como nunca se llegan a encontrarse en ninguna de las dos viviendas, deciden comenzar a comunicarse a través de notas que acabarán derivando en la redacción de un diario de acontecimientos ya acaecidos para averiguar, entre otras muchas cosas, el por qué de la existencia de coincidencias en sus vidas así como el averiguar quiénes son los cadáveres existentes en el sótano de la vivienda de Simonini.
El capitán Simonini, heredando un documento de su abuelo, desarrolla una novela que servirá para ir, poco a poco, y con los años, generando una trama que, con ayuda de los servicios secretos de Italia (de hecho, participa en la unión definitiva de este país), Francia, Prusia, la Rusia zarista y parte de la iglesia católica, permita que la sociedad europea de la época se posicionen a favor o en contra de los masones y judíos. También, como no, Simonini, hombre sin escrúpulos, también se encarga de utilizar y, si se da el caso, eliminar a terceras personas con tal de que todas sus ideas se lleven a buen fin.
Libro intenso y extenso de Umberto Eco que narra una parte de la historia de Europa que acabará desenvocando en las dos guerras mundiales ya conocidas.
Contraportada del libro
Estamos en marzo de 1897, en París, espiando desde las primeras páginas de esta magnífica novela a un hombre de sesenta y siete años que escribe sentado a una mesa, en una habitación abarrotada de muebles: he aquí al capitán Simonini, un piamontés afincado en la capital francesa, que desde muy joven se dedica al noble arte de crear documentos falsos.
Hombre de pocas palabras, misógino y glotón impenitente, el capitán se inspira en los folletines de Dumas y Sue para dar fe de complots inexistentes, fomentar intrigas o difamar a las grandes figuras de la política europea. Caballero sin escrúpulos, Simonini trabaj al servicio del mejor postor: si antes fue el gobierno italiano quien pagó por sus imposturas, luego llegaron los encargos de Francia y Prusia, e incluso Hitler acabará aprovechándose de sus malvados oficios.
Treinta años después de publicar El nombre de la rosa, Umberto Eco vuelve a mostrarnos que, en la literatura y en la vida, nada es lo que parece y nadie es quien dice ser: todo es según convenga, y acaba triunfando el rufián que desconfía de todos y siempre se mantiene alerta, aunque no se mueva casi de esa mesa donde lo vimos al principio, cuando quizá no sabíamos que Simonini y los hombres como él aún están aquí, entre nosotros, y han venido para quedarse.
No te pareció un poco densa su lectura? La novela es muy buena pero hace falta un enciclopedia para consultar según lees, o eso me pareció a mí.
ResponderEliminarSaludos
Lo cierto es que a mi me gustan los libros densos, como tú dices, pero sí es cierto que la enciclopedia sería necesaria para poder llevar un control de qué se está hablando.
ResponderEliminarCreo, también, que la traducción ha dejado muchas frases hechas del francés que, si no se tiene cierto conocimiento de ese idioma, puede resultar un poco complicado entender qué se quiere decir exactamente (aunque a veces se intuya).
Por último, ¿qué te ha parecido lo de las recetas de cocina? Hay alguna que debe de estar bien buena :-)
Coincido al cien por cien contigo. Lo de las recetas a mí a veces se me hacía la boca agua con su lectura.
ResponderEliminarSaludos