A tiro limpio |
Autor
Boris Vian (1920 - 1959)
Más información: Página Oficial
Traductor
Juan Manuel Salmerón
Libro
Editorial: Tusquets Editores
Edición leída: 2009
Páginas: 114
ISBN: 978-84-8383-198-4
Mi impresión
El otro día me encontré este libro por casualidad, mientras andaba (di)vagando por el centro de Sevilla. Desconocía totalmente la existencia de Boris Vian, pero me pareció interesante leer algo de él (por el mero hecho de no conocerlo).
Me he econtrado con un cuento grotesco y tremendamente exagerado. Vivencias surrealistas e imposibles. Seres (personajes humanos e inhumanos) extraños, con nombres, y en los humanos apellidos, estrafalarios y, sobre todo, diálogos que a veces dan la sensación de no tener sentido o, como también diría, de no venir a cuento, y con una falta, acusada, forzada o buscada, de conexión entre los mismos. Asimismo, en su 114 páginas, para que cualquiera que no lo haya leído se haga una idea, se presentan XLIV capítulos.
Narración ingeniosa que, a veces, da la sensación que haya sido escrita por el autor a toda prisa y sin pensar exactamente lo que estaba escribiendo, si realmente venía a cuento o no, es decir, escribiendo lo que primero se le viniera a la mente. Se podría calificar como novela humorística, quizás se parezca a una narración gore por momentos, por lo exagerado de la parte más sanguinaria de la misma. Desde luego también la calificaría como una burla a la "no inteligencia". Simplemente interesante y surrealista.
Creo que, sobre todo, me ha gustado porque es algo distinto a lo que habitualmente leo y, también, por lo inesperado, porque, desde luego, nunca esperaría encontrarme algo así.
Contraportada del libro
Cuatro amigos- el refinado Adelfín, el estrafalario y lúbrico Serafinio, el mayor Loostiló, policía en la reserva, y su compinche Antioquío- parten en busca de un misterioso y pequeño artefacto, el "barbarón bífido", desaparecido o quizás robado durante una fiesta. En un flamante Cadillac, en hidroavión o en barco de vela, armados hasta los dientes y dejando tras de sí un reguero un tanto snagriento, los cuatro (o los que van quedando vivos por el camino) viajan desde París hasta el sur de Francia viviendo terroríficas y rocambolescas aventuras. Mientras lanzan explosivos y departen sobre lo divino y lo humano, se topan con personajes entrañables como el inca Popotepec Atlazotl, que los protege desde su avión de combate, con desalmados como el barón Visi, con bellas azafatas como Florence, con temibles ex socios como el holandés Vandenbuic, o con animales tan inclasificables como el célebre Rhizostomus gigantea azurea oceanensis, también llamado, cariñosamente, "rizo".
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