viernes, 1 de marzo de 2013

Expiación

Expiación
Autor
Ian McEwan (1948)

Traductor
Jaime Zulaika
 
Libro
Editorial: Anagrama
Edición: 201
Páginas: 435
ISBN: 978-84-339-6975-0


Mi impresión

Han pasado seis meses desde mi última entrada en este blog y ha sido, ni más ni menos, porque no he leído absolutamente nada de nada. ¿Por qué? No lo sé, sinceramente. ¿Desidia? ¿Holgazanería? ¿Hartura? Podrían ser muchas cosas, las que digo entre ellas. En fin, para retomar, tranquilamente, este hábito tan sano y tan recomendable como es la lectura, he decidido ir a la estantería y ver qué había comprado y no había leído. Ahí apareció Ian McEwan, con Expiación. Es un libro que me ha costado, tengo que decirlo, comprarlo, ya que no me gusta leer libros que acaban siendo películas, porque me dan mal augurio (no tiene lógica, lo sé), pero es como yo soy. Por cierto, que la película no la he visto y, la verdad, después de leer el libro, no quiero verla, porque me quitará, seguro, la magia de esta lectura recién finalizada. En definitiva, que lo acabo de terminar hace cinco minutos y me he animado a ponerlo en el blog.

Me ha gustado. Creo que esta es la mejor manera de definir esta lectura. Es Ian McEwan y me tengo que rendir ante él, porque creo que es de los pocos escritores que poco a poco voy leyendo y me gusta todo lo que escribe. Este libro, Expiación, está considerado si no como el mejor, sí como uno de sus mejores libros. Para mi no es el mejor, me ha gustado más Solar, pero sí me ha encantado la manera en la que evoluciona la narración, eliminando nimiedades y yendo directamente al grano desde el primer momento. Las cuatro partes en las que se divide la narración tienen una relación de continuidad, aunque pueda haber saltos temporales importantes. La historia comienza con una descripción de una familia británica de una posición acomodada, y la relación entre sus diferentes miembros que no parece que sea diferente a la de cualquier otra familia, de similar posición económica, de la época. Estamos en el periodo de entreguerras (entre la I y la II Guerra Mundial).

Briony, la hermana menor, está excitada por el regreso a la casa familiar de su hermano mayor, Leon, que reside en Londres. Además, en la casa se encuentran su hermana mayor, Cecilia, y su madre, la señora Tallis. Cecilia ha regresado después de su paso por la Universidad, sin pena ni gloria. Su padre, personaje de segundo plano, es un funcionario del Gobierno que está ausente, como casi siempre, por motivos de trabajo. También están, aunque de manera temporal, sus primos, los gemelos Jackson y Pierrot y su hermana mayor Lola (que es un poco mayor que Briony). A toda esta gente se deberá sumar Marshall, importante industrial y amigo de Leon que lo acompañará en su regreso. El invitado final es Robbie que, no siendo de la familia, es como uno más, ya que es el protegido del señor Tallis. Cecilia y Robbie siempre han sido amigos aunque en la etapa universitaria hubiera una distancia que, como el lector observará, no deja de ser ficticia, ya que la atracción es mútua. La excitación del momento hace que todos los preparativos previstos no salgan como se pretendía o, simplemente, se suspendan. Ante todo el follón que se monta en los momentos previos y durante la propia cena de bienvenida y que, cuando está finalizando la cena, los gemelos piden permiso para ausentarse y desaparecen dejando una nota de despedida, empieza lo que supondrá una gran losa durante los años venideros.

Los años pasan, después de lo sucedido en la cena, y la vida sigue. El ejército británico se encuentra en desbandada tras el fracaso en el intento de ayudar a Francia a no caer en las manos de la Alemania nazi, y la separación física existente entre Cecilia y Robbie, ella en Londres trabajando como enfermera, y él en suelo francés, como soldado, herido, hace que los sentimientos sean más intensos. La supervivencia lo es todo y la finalidad sólo una.
Bastantes años después de lo sucedido en la cena fatídica y de la finalización de la II Guerra Mundial, en 1999, se termina de desvelar (para el lector) el secreto último que sólo Briony conoce. El resto de la sociedad la conocerá a la muerte de todos los actores...

Definitivamente es una novela distinta a las demás. Un muy buen libro que creo que puede gustar a tod@s los que se acerquen a él.

Contraportada del libro

En la gran casa de campo de la familia Tallis, la madre se ha encerrado en su habitación con migraña, y el señor Tallis, un importante funcionario, está, como casi siempre, en Londres. Briony, la hija menor, de trece años, desesperada por ser adulta y ya herida por la literatura, ha escrito una obra de teatro para agasajar a su hermano Leon, que ha terminado sus exámenes en la universidad y hoy vuelve a casa con un amigo. Cecilia, la mayor de los Tallis, también ha regresado hace unos días de Cambridge, donde no ha obtenido las altas notas que esperaba. Quién sí lo ha hecho, en cambio, es Robbie Turner, el brillante hijo de la criada de los Tallis, y protegido de la familia, que paga sus estudios.

En el día más caluroso del verano de 1935, y las vidas de los habitantes de la mansión parecen deslizarse, como la novela, con apacible elegancia. Pero si el lector ha aguzado el oído, ya habrá percibido unas sutiles notas disonantes,  comienza a esperar el instante en el que el gusano que habita en la deliciosa manzana asome la cabeza. ¿Por dónde lo hará? Hay una curiosa tensión entre Cecilia y Robbie. Y otra situación potencialmente peligrosa: la hermana de la señora Tallis ha abandonado a su marido, se ha marchado a París con otro hombre, y ha enviado a su hija, Lolam una nínfula quinceañera, sabia y seductora, a casa de sus tíos. Y la ferozmente imaginativa Briony ve a Cecilia que sale empapada de una fuente, vestida solamente con su ropa interior, mientras Robbie la mira...

Ian McEwan ha escrito su obra más importante, una novela que va abriéndose como un juego de cajas chinas, con distintas novelas de géneros diferentes encajadas una dentro de otra, y magistralmente engarzadas: hay una intensa, exaltadamente romántica historia de amor imposible, una durísima novela de guerra, y también la novela de una novela, la narración de esta Expiación, de la que Briony Tallis escribió diferentes versiones a lo largo de su vida.

"Como en todas las más importantes novelas de McEwan, un drama íntimo de pérdida de la inocencia, o de una traición, se juega dentro de una historia más vasta de mala fe. Aquí, la historia personal es dolorosamente intensa, pero Expiación es mucho más que eso... Se invoca y se reescirbe la literatura inglesa. El decoro de Jane Austen se vuelve negra farsa y se oyen ecos irónicos de las novelas de malentendidos entre clases sociales de Forster" (Hermione Lee, The Observer)

"McEwan es un clásico, pero absolutamente original. Expiación no es la obra de un novelista que se deleita en las consoladoras incertidumbres del pasado, sino de un escritor que está definiendo con audacia y creatividad lo que será la literatura inglesa del siglo XXI" (Geoff Dyer, The Guardian)

"La contraportada inglesa proclama que Expiación es su mejor novela y, aunque los editores suelen ser muy proclives a calificar de esta manera la última novela de los autores que publican, en el caso de McEwan es absoluta, incontestablemente cierto" (Roberto MacFarlane, Times Literary Supplement)

"Sutil y vigorosa a la vez hermosamente intrincado, una obra maestra" (Peter Kemp, The Sunday Times)

"Grandioso" (John Updike)

2 comentarios:

  1. Todos hemos pasado por esos momentos en los que no apetce leer nada de nada y siempre viene bien un buen parón y retomarlo con ganas.
    Si encoma lo haces con esta peazo de novela, pues que mejor manera.

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  2. Pues sí, a veces uno se harta de todo y de todo a la vez. La lectura no fue lo único que he dejado de lado esta temporada... pero los buenos vicios acaban volviendo :-)

    Muchas gracias por tu comentario.

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